jueves, 29 de octubre de 2015

CALAVERITA A LOS MAESTROS Y ALUMNOS GENERACION 2008-2011

Por: Alfredo Castillo Torralba Generación 2008-2011

La muerte la ESTI 44 venías acechando
sentada en el autobús a los maestros venia cazando,
ni docentes ni alumnos, de ella, se iban a salvar
que del autobús de la escuela, se iba a bajar.

La muerte a la escuela por fin llegó,
tan molesta venía, que hasta al chofer se llevó.

Tocando la puerta de la dirección
al director Isaías visitó
llevándolo hasta la puerta,
al panteón lo mandó.
“No me lleves aún”, decía
mientras la muerte a carcajadas reía.

Después de esto,
al otro edificio corrió
por más víctimas que en su lista escribió.

Llegó al salón de Dibujo Industrial bailando
por el profe Berna, quien, asustado, se le quedó mirando.
“Empaca tus cosas, Berna, que conmigo te vas
a enseñarme a dibujar irás;
amarra a tus manos estos lazos,
lleva tus gises que en las tumbas haremos trazos”.

“Date prisa, que por la maestra Cristina tenemos que pasar,
ya que tiene muchos libros de Español por empacar”;
muy triste, ella se moría,
pues en la escuela, olvidada, dejaba su antología.

Era el turno del profesor Daniel Vivanco,
Quien, impaciente, esperaba sentado en su banco.
“No comas ansias por ir a la gloria,
que allá me darás clases de Historia”,
el pobre guardó todo en su morral
sin olvidar el libro de Historia Universal.

La maestra María de Jesús a sus alumnos clases de ética daba
sin saber lo que pronto le esperaba;
la muerte ya le llevaba flores
y a ella aún le faltaba encargar la tarea de Valores.
“Vengo por ti, Marichuy”, decía
mientras la maestra de sus alumnos se despedía.

En el salón de junto, la maestra Elihoreb pintaba,
pues ya se imaginaba lo que le esperaba,
al cementerio iba a ir a dar
y de sus clases de Artes se iba a olvidar.

Con los pelos de punta, el profesor Andrés estaba
de los nervios, nada le cuadraba,
con la muerte muy triste, se fue al panteón,
pues había olvidado hacer su declaración.

La teacher Luisa y la teacher Viri estaban muy felices por a la muerte recibir,
pues con unas oraciones en Inglés la querían confundir,
pero la muerte fue más astuta que ellas
que, de lo sorprendidas, ni una palabra pudieron decir.

En el laboratorio, la profesora María Elena sus libros de Química guardaba,
pues ya afuera la muerte la esperaba;
se la llevó con todo y tubos de ensayo
que partieron directo a la tumba como rayo.

Por la maestra Taide, al salón iba llegando,
mientras caminaba por los pasillos cantando,
al panteón la mandó en carruaje
mientras ella, con una sonrisa, disfrutaba el viaje.

A la muerte ya pocos maestros le faltaban,
temblorosos del miedo, la esperaban;
decidió llevárselos a todos juntos
por lo que reunió a varios en diferentes puntos.
En uno, al profesor Patricio y Sergio llamó
mientras veían cómo los circuitos quemó
muy tristes rescataron lo poco que quedó
y, con alegría, la muerte los miró.

Esperando su turno, la maestra Blascinia, la maestra Rosa Edna y el profesor Adán se preparaban,
antes que llegara la muerte, sus cosas salvaban;
los libros de Historia, Ciencias Naturales y Español libraban del mal
antes que tuvieran un terrible destino final,
de todas formas, la muerte a la morgue los envió
y sus cosas juntas las quemó.

Ya al final del día, se había llevado a todos los maestros al panteón,
pero le faltaban los alumnos de la generación,
eran los de la 2008-2011 los que quería
por lo que fue por ellos a la cafetería.
Todos felices de la ESTI 44 se despidieron,
donde experiencias inolvidables vivieron
con sus maestros algún día se volverán a juntar
cuando logren a la muerte burlar.