Estaba la calaca
comiéndose una tuna
y buscando al profesor
Isaías Pérez Luna.
A la escuela llegó una mujer
vestida de catrina
para tomar clases de Español
con la maestra Cristina.
No se espante, ni se asuste,
profesor Maciel
que la calaca vino
por usted y por Montiel.
Estaba la muerte sentada,
muy tranquila, en un baúl
platicando con el profe Raúl.
Gabriel, Patricio y Carlos
se echaron a correr,
a la catrina coqueta
pensaron en distraer,
pero ella, enamorada
a Patricio quería atraer
para que allá en el camposanto
fuera el profe su querer.
La calavera sonriente
venía sonando sus matracas
para el examen de admisión
de la profesora Jehieli,
pero la pobre flaca
se fue a recuperación.
A la cuarenta y cuatro
llegó la calaca chimuela
y con ella se llevó
a la maestra Chabela.
El profe Arturo
en el taller se escondió,
pasó la calavera
y, valiente, la electrocutó.
El director se salvó
porque en la escuela
era nuevo;
la muerte lo sentenció:
para el año venidero
por él regresará
en diciembre o en enero.
Jesús David Martínez Durán 2° “C”
Segundo lugar
